martes, 16 de marzo de 2010

Roma, tercera parte


Y última, esto ya se alarga mucho y se me acumula el trabajo.
Tras dos días de caminatas y sendas noches de farra, por último nos dejamos lo que nos quedaba más cerca del hostel: el coliseo, el foro romano, la boca de la verdad y el secreto de Roma. Por orden.

Primero el Coliseo. La entrada cuesta unos trece euros, 7 si eres estudiante europeo (lo siento señores de otros continentes). ¿Merece la pena entrar? Bueno, es el Coliseo más grande del mundo, pero si ya has estado en otro mejor conservado (como el de Verona, donde aún se usa para dar conciertos), lo cierto es que es más de lo mismo pero más grande y destrozado. No obstante entramos.
Si uno piensa en cómo debió ser aquello plenamente construido y recubierto de mármol blanco (así era originalmente) lo cierto es que da un poco de pena ver lo queda del gran Coliseo, pero bueno.
Esta foto muestra lo que serían los subterráneos de la arena, por donde subían a bestias y condenados. Para la época era una puesta en escena de la leche.
Foto hecha en dirección a la pared mejor conservada.
Desde las gradas.

El siguiente paso es el foro romano, que si compraste el billete en el coliseo también te valdrá. Pasear por el foro, entre tantas ruinas si que te da la sensación de que ahí hubo una gran ciudad y que ahora quedan sombras de lo que una vez llegó a ser.
Antiguo circuito de cuadrigas. Habría que ver a Alonso y Cia por aquí.
El circo máximo visto desde la casa de Adriano.
Templo de Romulo y Remo, pero no estoy seguro.

Lo siguiente fue buscar la bocca della verità. Consiste en una escultura redonda con forma de cara. Dice la leyenda que si metes la mano y dices una mentira, la mano se cierra y te atrapa la mano. Creo que ahí se pronunciaban juramentos antiguamente, pero no sabría decir de que época es. De todos modos no queréis que el blog sea una wikipedia, así que nada, xD.

Servidor y Lola jurando no beber más. Pensé que me aplastaría la mano.

No pude hacer una foto solo de la boca porque se hicieron con prisas. Llegamos fuera de hora por un minuto y solo nuestras súplicas hicieron que el segurata nos dejara pasar. Esta es la que mejor se ve.

Por último buscamos el secreto de Roma. Esto tuvo tela, porque, claro, no viene en el mapa. Para llegar, tras ver la boca de la verdad tienes que seguir calle abajo, siguiendo el río. En una calle peatonal cuesta arriba con el suelo de piedra subes. Llegarás a un mirador desde donde se ve Roma. Tras el mirador sigues, pasas un monasterio y verás un coche militar y varios soldados con fusiles de asalto patrullando (cerca está embajada de Irak). En frente de un edificio con cruces de Malta habrá una puerta con un cerrojo. Miras por el cerrojo y... Ecco.

¿Que qué se ve? No lo diré claro. Intenté hacer una foto por el cerrojo y pude haberla hecho porque si está nublado sale bien, pero disparé con el flash, no salió y al rato salió el sol, jodiendo una nueva oportunidad. Lo siento chavales...
El mirador, con vistas al Tíber.
Esta es la puerta en cuestión.

Fin de Roma. No puse todo lo que vi porque me habría tirando escribiendo y subiendo fotos demasiado tiempo y hay más cosas pidiendo paso. Cabe decir que ver Roma en tres días es bastante apurado, pues una ciudad con muchísimo que ver y puede que ni en una semana se vea todo con calma.

Proximamente (hoy si da tiempo) Cracovia.

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